La resonancia Schumann y los latidos del corazón.
- Oscar Salazar
- 4 feb 2022
- 3 Min. de lectura

Los avances y descubrimientos de la tecnología nos han separado del hábitat natural del Hombre, y es la frecuencia 7,8 Hz como el latido del corazón de la Tierra, hace cientos de años, como la que aceptó bien el ser humano. Desgraciadamente, los cientos de frecuencias adicionales, en el transcurso de la historia, y el avance de la tecnología, han cambiado el pulso de la Tierra y sus habitantes. Y son la radio, la TV, el móvil, satélites, etc., y todas las redes sociales que inundan el planeta.
La NASA ha comprobado que los astronautas al salir al espacio alteran su salud, debido a las altas frecuencias magnéticas a que son sometidos en otra atmósfera.
Y es la relación de las ondas cerebrales y la Resonancia Schumann un estudio constante de los médicos especialistas, que ven cómo los campos electromagnéticos, con sus rayos radioactivos, afectan la salud del ser.
Hace 3 años la frecuencia subió a 30 Hz y hoy se estima su aumento a 36 Hz, alterando los equipos de estudio del espacio en diversos países, especialmente de los rusos, quienes se refirieron a los daños causados en la salud de la población, causante de enfermedades como el cáncer, depresión, estrés, trastornos en la presión arterial, en el sueño, etc. Igualmente, señalaron los daños en el reino animal, fauna y flora.
Afecta el carácter de la persona
Este aumento de la vibración de la Tierra afecta directamente al ser, aumentando su vibración normal y con un comportamiento muy diferente, variando su frecuencia según la localidad donde viva. Cerca de aguas, de lagos, ríos y mares se estima que la frecuencia es más alta y varía en cordilleras, como en desiertos y otros. Igualmente, se señala que el carácter de la persona se alteraría con las altas y bajas frecuencias, en las que existiría una expansión elevada de la conciencia, en que la gente perdería el miedo. Estudios expresan que “los más sintonizados con la frecuencia normal son las tribus indígenas, que están conectados con la Tierra, la naturaleza”.
“Todo en nuestra vida es vibración”, decía Alberto Einstein. Todo es conexión, todos somos uno, uno somos todos. Como seres energía tenemos capacidad de conexión con el Universo y sintonizamos con las fuentes de energía, con diferentes latidos y tonos.
Cada átomo, cada molécula oscila y tiene vibraciones que se miden en frecuencias y estamos rodeados de estas y ondas que emite el entorno, por eso se dice que la vibración podría ser el origen de la conciencia y la frecuencia constitutiva del cosmos en su totalidad.
La resonancia es algo relevante en el caso de las ondas cerebrales, theta, alpha, beta y gama, las cuales son oscilaciones eléctricas del cerebro que están asociadas con ciertos estados de conciencia.
Tenían razón los muchachos hippies otrora, cuando decían “todo se trata de la vibra”. El Universo entero es vibración que emerge del sentido primordial “OM”, según la cultura hindú, que agregaban su teoría ¨spanda”, o vibración, es decir, "la existencia es una vibración de la conciencia divina”.
Las ondas cerebrales se relacionan con distintos tipos de estados de conciencia. Estas junto con todas las demás vibraciones que forman parte de nuestro día a día y que son fruto de nuestro estado físico, nuestro pensamiento y emociones, van a conformar lo que conocemos como vibración personal.
El COVID-19, como cualquier otro virus, tiene una baja vibración con una estructura cerrada de g circuito electromagnético, generador que transforma la energía mecánica en energía eléctrica, con una frecuencia de resonancia de cerca de 5,5 Hz a 14,5 Hz, y en las gamas más altas no está activo y, a partir de las gamas 25,5 Hz y superior, el virus muere. Se estima que para los humanos de baja vibración este virus es peligroso.
Einstein, en su fórmula nos decía que la energía y la materia están directamente relacionadas y que pueden transformarse la una a la otra, fórmula que desbancó a la física clásica y dio lugar a la física cuántica, la que revela que las partículas diminutas que componen la materia son también ondas de energía que pueden actuar como partículas o como ondas. Como decíamos, estas ondas vibran con la misma frecuencia que nuestras ondas cerebrales y de los mamíferos en general. O sea, 7,8 Hz ciclos por segundo.
Los terremotos, huracanes e inundaciones afectan a todos los seres vivos del planeta, alterando la conciencia humana en un despertar, se dice, que abre la capacidad de intuición, todo esto profetizado por los mayas y los hopi, nativos americanos en una zona de Arizona, y otras culturas milenarias.
https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2020/09/15/la-resonancia-schumann-y-efectos-en-la-salud-y-planeta/




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